La solución es tan antigua como la receta de los huevos fritos: divide y vencerás, así que en lo sucesivo, a partir de 2013 en España tendremos justo lo que quería Bernie: una sola carrera, esto es 'un país, un evento'.
Desde hace tiempo se está rumiando lo que va a ser una realidad a partir del año que viene, llega la alternancia entre circuitos. Ecclestone, más listo que los ratones coloraos, exprimió la teta germana en tiempos de Schumacher, donde la boyante economía teutona, sumado a la cultura viajera de los paisanos de Schumacher, y la estela del heptacampeón, hicieron que dos Grandes Premios se pudieran disputar en donde manda Merkel (… bueno, en donde manda más que en el resto de sitios donde también manda).
El Canoso pensó clonar la idea en Españistán, y quiso sacar tajada del demoledor tirón mediático de un triunfal Fernando Alonso y su bicampeonato Renaulístico. Su llega a Ferrari ha acrecentado su aura planetaria, pero en lo material… ¿tú ves por las calles a gente vestida de Ferrari como sí que iban de Renault hace siete años? porque yo no. Sencillamente seguidores sí hay, pero no consumen igual. Conclusión: calor español sí hay, lo que no hay es dinero, y Alonso (y la F1) no consigue llenar los recintos ibéricos donde corre dos veces al año. El cálculo pecó de optimista y no contó con la crisis de los co***es, y por eso el negocio se tambalea. Las dos carreras españolas, en lugar de hacer crecer el negocio, se hacen la competencia.
Cuando Bernie empezó a ser consciente de esto se dijo en voz silenciosa "para montar el jaleo aquí, me lo llevo a los nuevos países, que como los indios, o Bahréin, me endiñan el doble", y soltó lo de "un país, un evento", y a la postre en España veremos una prueba anual a cambio de que se lleve una de las dos citas a Rusia, México o donde pille (pero que le paguen un buen facturón).
Ya lo hemos contado antes: la F1 es una fiesta cara, y es tal el montante dinerario que se necesita para que todo ocurra, que no hay promotor privado en el mundo capaz de soportar un evento deficitario. Uno de los pocos es el que organizará el GP de Austin a partir de 2013, y ha tenido que pedir pasta gubernamental para crear el circuito.
¿Que por qué un gobierno tié que poner dinero para esto? Pues sí, tienes razón, hay otras prioridades, pero también hay beneficios. Beneficios que igualmente ya hemos explicado antes: se llenan hoteles, bares, restaurantes, taxis, rent-a-cars, aviones, aeropuertos… la pasta termina revirtiendo de una manera u otra, normalmente en forma de IVA, sobre los mismos que la pusieron: los contribuyentes, con una propina añadida, porción XXL de imagen televisiva y exposición mediática de orden planetario… y si crees que esto no es del todo así, pregúntale a los chicos de Botín, el banquero, que dice que la F1 ha sido la mejor inversión publicitaria de su vida. Un lebro que se mete en la Fórmula 1, se convierte en diez en términos de promoción, y tras la promoción llega el negocio, y con ello el beneficio.
En Cataluña, Artur Mas no está muy por la tarea de gastar pasta así como así, y en Valencia están más o menos igual, pero no hace tanto que el GP de España, cuando aún no existía el de Valencia, se sabe que arrojaba números positivos. Llegó Valencia y bien que se quejaron los vecinos del norte con cierto tono de amargor porque "les habían plantado la competencia a 300 kms de casa". La jugada ahora es doble, atentos, con la alternancia, cada pista pagará la mitad por seguir teniendo la F1 y se sumarán sus visitantes. Mucho se ha hablado acerca de la posibilidad de alternarse también el MotoGP compensando una competición por otra de manera bienal -otra posibilidad-, pero si nos ceñimos exclusivamente a la Fórmula 1, los dos trazados harán su negocio cada dos años, partiendo por la mitad el gasto sin dejar de ser el centro de las miradas.
Antes de la bicarrera española y con Alonso en pista, llenar un circuito no era del todo difícil; cuando haya una sola prueba al año, no sería descabellado pensar que los aficionados que ahora se dividen entre los dos trazados, podrían sumarse al haber una sola cita. De esta manera, Montmeló volvería a ver repletas sus gradas como en la era ALO-Renault, y Valencia repetiría los alrededor de 80.000 paganos que pasaron por taquilla en su primera edición. Esta es la jugada.
Al parecer, Bernie Ecclestone ya ha dado su bendición y se está a la espera del puro tema protocolario de firmas, acuerdos, pactos y demás, pero el acuerdo ya es una realidad.
En cuanto a este año, tranquilos: una fuente cercana a la organización valenciana nos ha contado que esta misma semana ha sido abonado el pago a Bernie por el canon de la prueba de este año (pago o avales bancarios que certifican el cobro), al igual que las tasas correspondientes de la FIA y la Federación Española. Dicho de otra manera, el Gran Premio de Europa de 2012 está dinerariamente garantizado. En caso de que Valencia no organizase su carrera, tendría una sanción de 15 minolles de leuros, y el nuevo gobierno de Alberto Fabra ha echado cuentas y le sale a cuenta montarlo.
Tras quedarse con Valmor, empresa organizadora de la era Camps, todos sus responsables han sido sustituidos y ahora la cabeza visible es el nuevo director del trazado de Cheste, Gonzalo Gobert, que a su vez cuenta con un pequeño grupo de asesores que han despachado ya en varias ocasiones con el President.
Curiosamente, el lugar donde existe un mayor rechazo por el GP valenciano es en Valencia. Esto es impensable en Cataluña, donde tras décadas de F1 son conscientes de los beneficios que ello conlleva. Los nuevos gestores levantinos quieren hacer borrón y cuenta nueva a la hora de promocionar de cara al público local con muchas actividades de bajo o nulo coste, como abrir la pista al público fuera de la propia carrera, abrir los paddocks de la F1 y de las categorías soporte que la acompañen, y con ello calar en el subconsciente de los valencianos de a pie que en los tiempos que corren ven este evento como dinero tirado cuando hay otras necesidades. Esto es cierto, no es un momento en el que sobren los cuartos, pero con el tiempo la F1 termina pagándose a sí misma, y la idea de los cambios es que acabe costando poco o nada al erario público.
¿Y esto de la bianualidad será para siempre? Pues ni idea, pero apostaría -es una sospecha, no una información- a que en 2013 la carrera sería en Montmeló, y sería el año que viene el inicio de este ciclo de alternancias para volver a visitar el Street Circuit en 2014.
¿Y esto es bueno o malo? Pues lo que sí que es malo es ver cómo las dos carreras padecen apuros económicos galopantes, los dos están en entredicho por sus gobiernos, la ciudadanía, y los contables. "Mejor una buena, que dos malas", y si no te remito a la frase de Bernie: "Poco, pero bueno". Y a él le lleva funcionando esto desde hace más de décadas...